Me llamo Luis Picó. Nací un 24 de junio de 1986 y siempre me ha encantado la tecnología, me considero una persona bastante curiosa de mente algo inquieta.
Vayamos directamente a 2008. En ese año me encontraba acabando mi carrera de ingeniería técnica de telecomunicaciones especialidad Telemática en la universidad San Mamés, Bilbao, y ya estaba buscando un posible proyecto para finalizar mi carrera. La carrera que cursé la escogí el día anterior a tener que elegir posibles carreras, no sé en otros países como funciona, pero en mi época, en España, tenías que hacer un examen global al finalizar el colegio a los 17-18 años, y una vez aprobado el examen tenías que rellenar una hoja con las preferencias que tenías de elección de carreras y en función de tu nota respecto al resto de gente podías entrar a cursas una carrera u otra. El tema está en que no tenía ni idea de qué carrera quería cursar y justo el día anterior a tener que hacer la elección, me fijé en telemática. Tenía una parte de informática, otra de telecomunicaciones y otra de electrónica... ¡¡Alguna parte me tendría que gustar!!
Y así fue, lo que más me gustó finalmente fue programación y electrónica, así que me apunté al departamento de electrónica para buscar un posible proyecto de fin de carrera. La verdad es que el tutor que me tocó para el proyecto era un desastre, y tras varios meses sin proyecto me encontraba en casa viendo vídeos en youtube (sí, ya en esa época youtube existía). No sé cómo, llegué a un vídeo de un robot humanoide japonés que bailaba al ritmo de la música... me hizo gracia y seguí investigando. Lo primero que descubrí era que no era un robot de baile, ¡realmente era un robot de lucha! Así que me interés se vio acrecentado. Seguí investigando por varios días y poco a poco empecé a hacerme un esquema mental de componentes, electrónica y programación que requeriría tal proyecto. Finalmente, estaba decidido. ¡Mi proyecto de fin de carrera sería un robot humanoide de lucha!
Vídeo antiguo de dos robots humanoides bailando al ritmo de la música
Ya con las ideas bien claras fui a mi tutor de proyecto a comunicarle mi "gran idea" para mi proyecto de fin de carrera. La respuesta fue un tanto descorazonadora. "Ese proyecto es muy complicado para nuestro departamento, no voy a poder ayudarte". Por recomendación de mi ya ex-tutor, acabé en el departamento de "automatización", de ingeniería industrial. Tras la primera entrevista vi que de nuevo no podían ayudarme y no tenían ni los conocimientos más básicos que yo había conseguido en pocos días. Aún completamente convencido, decidí llevar a cabo el proyecto por mi cuenta y riesgo... ya cuando lo hubiera acabado, seguro que algún profesor querría firmarlo sin haber hecho nada ¡Y no veas si quisieron!
Tuve muchísimos problemas para realizar mi proyecto. Pero los dos más importantes fueron:
- Todo era muy caro, sobre todo los servomotores, que rondaban los 100€ los buenos ¡y yo necesitaba 24! e importar de China en esa época tenía su tema, cosas que acabé solucionando hablando directamente con la fábrica en china.
- Los servomotores que podía permitirme, se quemaban con la mirada y si no se quemaban, con el uso acababan cogiendo holguras.
Resumiendo, lo bueno se pagaba, y lo barato lo era porque era de dudosa calidad. Sea como fuere y tras casi 1000€ de inversión, conseguí terminar mi proyecto. Fui campeón de España en lucha de robots y por supuesto, conseguí un tutor que tan sólo plasmó su firma en un documento que le entregué. Hay miles de anécdotas, tanto en la construcción, con la universidad... Pero como siga enrollándome, no acabo nunca.
Os dejo el vídeo del robot que construí. Lo controlaba vía radio con un mando de PlayStation que "hackee".
DY-BOT, testeando mi primer robot humanoide